¡¡Gracias!!, muchas gracias a quien de vosotros dejase como anónimo en su comentario, de "Resolver el Problema del Nudo" , la sugerencia de usar un artículo de pesca llamado "quitavueltas".
Hace bastante tiempo de este comentario, ¿¡Qué se le va a hacer!?, hemos estado liadillos. Pero como indicamos entonces, buscamos el aparejo en cuestión, que sorprendentemente es mucho más fácil de obtener de lo que creíamos. Nos hicimos con un suministro de unos 50, suficiente en principio para mantener en marcha nuestros dos telares con cintas de ancho normal.
Una vez recopilados los materiales necesarios y obtenido el tiempo y ganas, requerido para cualquier trabajillo, nos dispusimos a crear un sistema sencillo que pudiese funcionar. ¡¡Y funciona!!.
Reciclamos una de las varillas de haya, con taladrados a una distancia de 1 cm, de cuando hicimos el peine del telar . En ellos enroscamos unas hembrillas abiertas, en las cuales insertamos este aparejo y atamos cada grupo de hilos correspondientes a una tablilla a uno de estos quitavueltas. Se verá posiblemente mejor en la foto.
La manera en que aportamos la tensión para tejer las cintas puede ser un poco peculiar. Atamos la labor a un punto fijo, y ponemos el telar fuertemente sujeto al banco , de manera que regulamos la tensión del trabajo alejando o acercando el banco. Esto resulta al menos curioso a quien se acerca a casa y ve el jaleo que se tiene montado con los hilos por mitad del piso, ¡Je, je!. Si bien es cierto que resulta bastante cómodo estar sentado en esa postura, regulando la tensión con el propio peso, además se facilita la homogeneidad en la anchura de la cinta. En las primeras pruebas, trabajábamos exclusivamente con el telar, atando el hilo a un extremo y la labor realizada al otro. Esto implicaba un problemilla que se veía al terminar la cinta. La tensión no es la misma a lo largo del trabajo, y hay partes que al menos a nosotros nos salían más anchas que otras, afeando un poco el resultado final. Todo esto en realidad venia a colación para decir que lo que atamos en este caso a un punto fijo es el listón de haya, por medio de un par de cordones en sus extremos.
El artilugio que veis en la foto tiene la intención de ser provisional, y adecentado en un futuro cercano... pero es posible que, como suele suceder con estas cosas, acabe siendo algo definitivo.